Imagen del Puerto de ValenciaEuropa Press

Una empresa participada por el Gobierno hace pasar como español 6.000 toneladas de arroz birmano

Los productores nacionales insisten en la desigualdad para competir con los arroceros de terceros países

Un chivatazo de uno de los trabajadores del Puerto de Valencia ha desatado un nuevo enfado de los arroceros de la región.

El buque 'Riva', con bandera portuguesa, desembarcó 6.000 toneladas de arroz en Valencia el pasado domingo 18 de mayo, después de tres días y 21 horas de viaje. El origen del barco era Birmania, y el destino final de ese arroz, la empresa Herba Ricemill, una filial del Grupo Ebro Foods, cuya titularidad pertenece al 10 % al Gobierno de España a través de la Sepi (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales).

Según denuncia la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos en la Comunidad Valenciana, el destinatario del cargamento cuenta con marcas reconocibles para el consumidor español como La Fallera, SOS, Brillante o La Cigala; sin embargo, y a diferencia de otras marcas, los paquetes no especifican la procedencia de la materia prima y se limita a identificar el lugar donde se ha procesado y envasado el arroz.

«El año pasado ya denunciamos la entrada de un barco con más de 30 millones de kilos. Esto no es nuevo, lo que pasa es que nos hemos enterado y hemos podido rastrear el recorrido del barco y el destino de la carga», explica en conversación con El Debate Nando Durá, miembro de la Comisión Ejecutiva de la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos en la Comunidad Valenciana.

Durá afirma que su fuente en el Puerto de Valencia confirmó que el cargamento del buque 'Riva' fue recogido en camiones que se dirigían a las naves de Ros Logística, que distribuye habitualmente para Ebro Foods.

«Las grandes arrocerías juegan con que el arroz es un producto que requiere una transformación para comercializarse. Al ser un producto transformado, la ley no obliga a poner el origen del arroz, solo el lugar en el que se ha envasado. Las compañías que sí utilizan arroz de España sí destacan el origen del arroz; sin embargo, las que no se limitan a indicar dónde se ha envasado», apunta Durá.

El malestar entre los arroceros aumenta al tratarse de una empresa participada por el Gobierno de España «que además utiliza marcas que el consumidor identifica como valencianas pero que utilizan arroz de Birmania». La Unión solicita a la Consejería de Agricultura que inspeccione la procedencia, que efectúe analíticas de ese arroz y controle el envasado en las instalaciones de esta empresa, así como de otras que también importen.

Los productores españoles insisten en la desigualdad para competir con los arroceros de terceros países, ya que aunque en el mejor de los casos éstos introduzcan productos en la UE cumpliendo con el Límite Máximo de Residuos (LMR), condenan que hayan podido emplear fitosanitarios aquí prohibidos para acabar con plagas, como es el caso del Triciclazol, clave para acabar con la Pyricularia oryzae, un hongo que destroza este cultivo y que es especialmente dañino en la variedad bomba.

La zona de La Albufera produce entre 100 y 120 millones de kilos de arroz al año. En 2024, España importó algo más de 109 millones de kilos de arroz de Birmania.

«Los últimos años hemos sufrido constantes pérdidas de producción porque los fungicidas admitidos ya no tienen el efecto de antes», lamenta Durá, que traslada que la pelea de Unión de Uniones para que la Comisión Europea obligue a que los productos transformados indiquen la procedencia de la materia prima continuará: «Llama la atención que la UE hace acuerdos con países del tercer mundo para promover el desarrollo allí, lo cual está muy bien, pero estamos importando arroz de Myanmar, que sufrió un golpe de Estado en 2021 y hay una dictadura militar».

La organización profesional agraria cuestiona las importaciones «de esas grandes empresas que se ufanan en algunos casos incluso de su valencianía con anuncios, patrocinios e imágenes icónicas, pero a la mínima optan por el arroz importado de otros países (...) Mientras las grandes empresas arroceras no quieren pagar un precio digno y justo aquí por el arroz, con estas importaciones lo que pretenden y consiguen es presionar a la baja el precio del arroz local. Preferimos que dejen de alardear públicamente de esa supuesta valencianía para vender más y apuesten verdaderamente por los arroces valencianos y por sus productores», asevera la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos en la Comunidad Valenciana.

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