
Imagen obtenida por la empresa japonesa ispace
Misión fallida: Japón no logra alunizar con éxito y se estrella contra la superficie
Tras la maniobra crítica, el centro de control de la empresa japonesa ispace no logró establecer comunicación con el módulo desde la Tierra
La empresa japonesa ispace anunció este viernes el fracaso de su misión lunar tras no lograr comunicarse con su módulo de aterrizaje «Resilience», que debía convertirse en el primero del sector privado japonés y asiático en tocar la superficie de la Luna. La misión formaba parte de los crecientes esfuerzos de Japón por posicionarse como un actor clave en la exploración espacial.
Según los planes, el módulo «Resilience» inició la secuencia de aterrizaje en la madrugada del 6 de junio (hora local japonesa), cumpliendo con lo programado. Sin embargo, tras la maniobra crítica, el centro de control no logró establecer comunicación con el módulo desde la Tierra.
La empresa ispace detalló que «a las 8:00 hora local (23:00 GMT del jueves) del 6 de junio de 2025, los controladores de la misión determinaron que es improbable que se restablezca la comunicación con el módulo de aterrizaje», lo que impidió completar el paso denominado «Success 9», el penúltimo del proceso de alunizaje.
Ante esta situación, ispace decidió dar por concluida la misión, reconociendo así el fracaso del intento de alunizaje privado. A pesar del revés, la empresa valoró los aprendizajes obtenidos de esta experiencia como parte del desarrollo futuro de su programa lunar.
El Resilience fue lanzado en enero de 2025 mediante un cohete Falcon 9 de SpaceX y había entrado exitosamente en órbita lunar en mayo, manteniéndose en fase de espera hasta el intento de alunizaje de esta semana. La operación, retransmitida en directo por internet y en sedes de ispace en distintas partes del mundo, se vio truncada unos veinte minutos después del momento fijado para el aterrizaje, cuando se confirmó la pérdida de contacto con el módulo y se interrumpió la emisión.
Con este nuevo tropiezo, la empresa japonesa redobla ahora esfuerzos por avanzar en una tecnología que sigue siendo extremadamente compleja, incluso en un contexto de creciente protagonismo de la iniciativa privada en el ámbito de la exploración lunar.