
Plaza de Santa Bárbara de Bembibre (León)
Una discusión sobre el funcionamiento de los motores diésel, el móvil del asesinato de Bembibre
Alejandro asesinó por la espalda a Juan porque dos años antes discutieron sobre un asunto menor
El valor de la vida se redujo a una discrepancia. Alejandro se sintió ofendido en una discusión con su amigo Juan y decidió matarle. Lo más llamativo del caso es que discutieron por el funcionamiento de los motores diésel. Ocurrió en julio de 2023. «Tuvimos una discusión sobre el funcionamiento de los motores diésel. Yo le dije que esos vehículos llevan unos calentadores para iniciar la marcha», le explicó Juan, el muerto, en su primera denuncia a la Guardia Civil.
«Alejandro reaccionó de forma muy agresiva y violenta. No paraba de repetir que yo mentía y no era así. Me tuve que ir porque parecía que me quería pegar y así evité el conflicto», continuó contando Juan. Un año después, el 10 de julio de 2024, Juan estaba sentado con unos amigos en un banco, en la plaza de Santa Bárbara de Bembibre.
Alejandro se acercó a ellos y dijo en voz alta: «Aquí hay mucho sinvergüenza». Uno de ellos le preguntó si lo decía por él. Alejandro respondió que lo decía por Juan. «Tú Juan cuando me veas, vete. No puedes estar en el mismo sitio en el que yo me encuentre», advirtió Alejandro a Juan.
Sin que Juan tuviese la oportunidad de responder, Alejandro se lanzó sobre él para golpearle. «Me dio puñetazos, patadas sin parar durante bastante tiempo. Me tiró al suelo y me siguió dando. Logré levantarme para irme, pero Alejandro volvió contra mí. Pensé que me mataba y se lo dije. Le dije que tenía un aparato en el corazón para controlar el pulso cardiaco, pero le dio igual. De hecho, me dio puñetazos y patadas en el corazón», declaró ante agentes de la guardia civil.
Tuvo que llegar la Benemérita para auxiliar a Juan y evitar una muerte segura. Entre otras cosas, le partió los dientes. Desde entonces Juan, de 72 años, tenía miedo a Alejandro, de 63, y a encontrárselo por la calle, no fuera a pegarle. El pasado viernes lo asaltó en la misma plaza de Santa Bárbara, donde comenzó todo. Le atacó por la espalda, con una pistola de fabricación casera. Le reventó el cráneo a golpes, sin que Juan pudiera defenderse.
Lo grave es que Juan pidió una orden de alejamiento de Alejandro y la Justicia se la denegó. Le dijo a Su Señoría que tenía miedo de que le matase, de que le aterraba que le volviese a agredir y que lo veía probable. A la jueza doña Elena García no le convencieron los argumentos.
El Debate ha tenido acceso al auto de Su Señoría y a sus razones para denegar la orden: «En el presente caso estamos hablando de un delito de lesiones, que a falta de Sanidad se desconoce si tiene carácter menos grave o leve, sin que con la mera solicitud se acredite el suficiente riesgo exigido por el legislador. Al respecto, ante las manifestaciones genéricas de la solicitud, y atendiendo a la naturaleza de los hechos, no se estima procedente en este momento procesal la adopción de una medida cautelar de tal naturaleza, dado que no se ha acreditado el riesgo objetivo para la víctima que exige la legislación para su adopción».