
Buitres leonados, en una imagen de archivo
Asaja denuncia que una bandada de 500 buitres arrasa una explotación ganadera en Salamanca: «Fue imposible hacer nada»
El ganadero afectado, Fernando Rodríguez, denuncia la pérdida de corderos recién nacidos tras el ataque de los animales que, muertos de hambre, arrasan con todo a su paso
ASAJA Salamanca denuncia un nuevo ataque de buitres en la comarca de Las Arribes, concretamente en el término municipal de La Zarza de Pumareda, donde el ganadero Fernando Rodríguez ha sufrido la pérdida de numerosos corderos de apenas días de vida.
Rodríguez, que contaba con 200 ovejas recientemente paridas, se encontró con una escena devastadora al observar cómo un grupo de alrededor de 500 buitres se abalanzaba sobre sus corderos recién nacidos. El ataque, rápido y letal, ha dejado a la explotación en una situación crítica.
«Fue imposible hacer nada», lamenta el ganadero. Según explica, «los ataques son constantes, con hasta dos intentos diarios, lo que me obliga a estar en la explotación todo el día vigilando y mirando al cielo para evitar nuevas pérdidas».
«El problema no es nuevo, pero va a más», denuncia el propio ganadero. «Los buitres están muertos de hambre, no encuentran comida suficiente y terminan atacando a animales vivos. Lo que ha ocurrido con mis corderos podría pasarle a cualquiera».
Aunque existe un muladar en la localidad vecina de Aldeadávila de la Ribera, la falta de alimento para estas aves carroñeras parece estar empujándolas a comportamientos cada vez más agresivos.
ASAJA Salamanca exige a las administraciones competentes que tomen medidas urgentes para evitar que estos ataques sigan repitiéndose y se ponga fin a la indefensión que sufren los ganaderos. «Estamos hablando de un ataque masivo, no de un hecho aislado. Los ganaderos no podemos asumir este tipo de pérdidas sin apoyo ni protección», subrayan desde la organización agraria», explica Fernando.
ASAJA Salamanca insta a la Junta de Castilla y León y al Ministerio para la Transición Ecológica a que refuercen la red de muladares y faciliten mecanismos ágiles de compensación para los afectados por este tipo de incidentes, cada vez más frecuentes en las zonas rurales.