Un hombre lee el periódico en la Rambla de Barcelona, en 1957, en una fotografía de Harry Pot

Un hombre lee el periódico en la Rambla de Barcelona, en 1957, en una fotografía de Harry PotWikimedia

Historia

No, el catalán no estaba prohibido durante el franquismo: se publicaron casi 6.000 libros en este idioma

Aunque el catalán sí quedó excluido de la administración durante la dictadura de Franco, siguió muy vivo en el ámbito cultural

La entidad constitucionalista Convivencia Cívica Catalana recordaba esta semana en X un recorte de La Vanguardia del 24 de junio de 1960, en pleno franquismo, en el que se anunciaba el Premio Sant Jordi. «Sólo podían presentarse obras en la prohibidísima lengua catalana, premiadas con 150.000 pesetas, una fortuna para la época», ironizaba desde la entidad, asegurando que esto «también es memoria histórica, aunque TV3 te lo oculte».

Históricamente hablando, este premio se creó en 1947, y se llamó al principio Joanot Martorell, en homenaje al autor de la novela de caballerías Tirant lo Blanc. Con Òmnium Cultural y Enciclopedia Catalana pasó a llamarse Premio Sant Jordi. En su primera etapa lo ganaron nombres como Maria Aurelia Capmany, Josep Pla o Josep Maria Espinàs, y en la segunda, autores como Montserrat Roig, Jaume Cabré o Julià de Jòdar.

Catalán durante el franquismo

El caso de este premio, no obstante, no es algo excepcional. Podemos decir que, si bien oficialmente el catalán estaba excluido de la administración durante la dictadura de Francisco Franco, no ocurría lo mismo si hablamos de la cultura. El catalán estaba presente tanto en editoriales, premios literarios o revistas.

Uno de los primeros libros en catalán del franquismo se publicó en 1942. Titulado Rosa mística, estaba escrito por el sacerdote Camil Geis, y apareció en la editorial de Joan Sallent de Sabadell. Dos años después, en 1944, se estableció como obligatorio por ley que las universidades con Filología Románica debían incluir la asignatura de Filología catalana.

En la Universidad de Granada, por ejemplo, se empezó a impartir esta asignatura tres horas a la semana. Ese mismo año Josep Vergés, Ignacio Agustí y Joan Teixidor fundan el premio Eugenio Nadal de literatura, siendo la primera ganadora Carmen Laforet con Nada.

En 1945, con subvenciones gubernamentales, se celebra el centenario de mosén Cinto Verdaguer. Como hemos dicho, en 1947 se instaura el premio Joanot Martorell. También ese año se crea el premio Ciutat de Barcelona. En 1949 la Casa del Libro creó los premios Victor Català, así como el Aedos para biografías, el Josep Ysart para ensayos y el Carles Riba.

Para 1951 se otorgó un premio a la poesía catalana con la misma cuantía económica que para la poesía en castellano. Se crea la Editorial Selecta para obras escritas en catalán. En 1952 se inaugura la cátedra Milà i Fontanals para el estudio científico de la lengua catalana, y en 1956 nace el premio Lletra d’Or, con el que se distingue el mejor libro escrito en catalán, siendo galardonado por primera vez Salvador Espriu por Final del laberint.

El escritor Salvador Espriu, en una fotografía de 1980

El escritor Salvador Espriu, en una fotografía de 1980Wikimedia

Los premios Crítica se incorporan a la producción en catalán en 1959. Y al año siguiente el Joanot Martorell pasa a ser el Premio Sant Jordi. También ese año se celebra el centenario de Joan Maragall. En 1965 el Ateneo Barcelonés programa cursos de Filología catalana y se añade el Verdaguer de producción catalana en los Premios Nacionales de Literatura.

Las diputaciones de Barcelona y Lérida empiezan a organizar cursos de catalán en 1967 y se funda la cátedra de Lengua Catalana en la Facultad de Teología de Sant Cugat del Vallés. Al año siguiente se incorpora al premio Nadal el Josep Pla en lengua catalana, que gana Onades sobre una roca deserta de Terenci Moix. En 1969 se crea el Premi d’Honor de les Lletres Catalanes y al año siguiente se empieza a publicar la Enciclopedia Catalana.

Casi 6.000 libros en catalán

Solo por poner un ejemplo, entre 1952 y 1974 se publicaron 5.878 obras en catalán. Y hablando de editoriales, la lista de las que publicaban en catalán es extensa. De las primeras encontramos la Editorial Barcino, fundada por Josep Maria de Casacuberta. La Editorial Moll, en las Baleares, empezó en 1941 a publicar en catalán. Lo mismo hizo la Editorial Balmes. De 1939 a 1943 se llegaron a publicar un centenar de libros en catalán.

La Editorial Rafael Dalmau, en 1947, empezó a editar la Biblioteca Literària Catalana. En 1955 la Editorial Teide empezó con sus Biografies Catalanes. La Editorial Aedos editó, por fascículos, la Geografía de Catalunya a partir de 1958. José María Cruzet, en la Editorial Selecta, empezó a editar Biblioteca Selecta, que llegó a publicar más de 300 obras.

En 1958 Marià Vila d’Abadal y Josep Maria Piñol fundaron la Editorial Estela. Ese mismo año, mosén Joan Carrera fundó la Editorial Nova Terra. Edicions 62, alma mater de la Enciclopedia Catalana, se fundó en 1962. La Editorial Bruguera también editó en catalán.

A parte de premios y editoriales, también durante el franquismo se empezó a editar la revista Serra d’Or, en 1959, por parte de la Editorial Publicacions de l’Abadia de Montserrat, o la revista infantil Cavall Fort en 1961. También se siguieron publicando la Revista de Catalunya, Oriflama, Tele/Estel o Patufet, solo por poner algunos ejemplos.

Por no hablar que en la década de 1960 surgió la Nova Cançó, con Lluís Llach, Raimon, Joan Manuel Serrat, Maria del Mar Bonet, Francesc Pi de la Serra, Guillermina Motta o Carles Sisa, todos cantando en catalán.

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