
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte
La OTAN desmiente a Sánchez y cree que España necesitará gastar al menos un 3,5 % en defensa
Por mucho que Pedro Sánchez defendiera este domingo en Moncloa que el acuerdo alcanzado con la OTAN permitía a España quedarse en el 2,1 % del PIB en gasto militar, la Alianza Atlántica no lo acaba de tener claro. El secretario general de la organización, Mark Rutte, ha afirmado en una rueda de prensa previa a la cumbre que tendrá lugar los próximos días en La Haya que España deberá invertir en torno al 3,5 % del PIB en capacidades militares si quiere cumplir con los compromisos establecidos por los aliados.
«España cree que puede alcanzar esos objetivos con un porcentaje del 2,1 %. La OTAN está absolutamente convencida de que España tendrá que gastar el 3,5 % en conjunto», dijo Rutte con rotundidad. Lejos de lo que había insinuado el presidente del Gobierno, el dirigente neerlandés dejó claro que la Alianza no hace tratos bilaterales ni concede exenciones nacionales: «La OTAN no tiene cláusulas de salida. La OTAN no hace acuerdos paralelos».
Las palabras de Rutte desmontan el relato esgrimido por Sánchez, que el domingo presentó como una victoria diplomática lo que en realidad ha resultado ser un choque de interpretación con la sede de Bruselas. La carta publicada por Moncloa, firmada por el propio Rutte, hablaba de «flexibilidad» para definir la trayectoria soberana de cada país, pero no contenía ninguna mención a quedar fuera de los objetivos colectivos. Hoy, el secretario general ha sido tajante: el objetivo es común y exige un esfuerzo muy superior al anunciado por España.
El umbral del 2 % del PIB, fijado como compromiso en 2014, ha quedado obsoleto ante el nuevo contexto estratégico, agravado por la guerra en Ucrania, la amenaza rusa y el estallido del conflicto entre Israel e Irán. La OTAN presentará esta semana en La Haya un nuevo plan de capacidades militares a horizonte 2035, y aunque no se ha formalizado un nuevo porcentaje obligatorio, las estimaciones internas de la Alianza sitúan el umbral necesario en torno al 3,5 % para muchos países, incluida España, según confirmaron fuentes diplomáticas a varios medios europeos.
Sánchez, sin embargo, insistió en que gastar el 5 % del PIB –como propuso inicialmente la OTAN para algunos países– «sería despilfarrar miles de millones de euros que no nos harían estar más seguros». Y aunque en su comparecencia defendió que no hay una «ruptura con la unidad» de la OTAN, lo cierto es que el choque con Rutte evidencia una divergencia profunda sobre qué significa realmente cumplir con los compromisos aliados.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), recibe al secretario general de la OTAN, Mark Rutte (i), en el Complejo de la Moncloa, a 27 de enero de 2025
Rutte también confirmó que habrá una revisión intermedia en 2029 para evaluar si cada país está cumpliendo con los objetivos acordados en esta cumbre. Mientras tanto, los Estados miembros deberán informar periódicamente sobre su gasto en Defensa, el estado de sus capacidades y el cumplimiento de los planes nacionales de inversión.
En la misma comparecencia, Rutte abordó también la escalada de tensión entre Israel e Irán, y reiteró que todos los aliados de la OTAN comparten desde hace tiempo la posición de que Irán no debe desarrollar un arma nuclear. «Cuando se trata de la posición de la OTAN sobre el programa nuclear de Irán, los aliados han estado de acuerdo desde hace tiempo en que Irán no debe desarrollar un arma nuclear», declaró el político en la rueda de prensa.