
Es literalmente imposible apagar estos incendios en alta mar
Siniestro
¿Por qué es imposible apagar los barcos cargados de coches eléctricos cuando arden?
Un nuevo incendio de un barco cargado con 3.000 coches en alta mar demuestra que los protocolos no funcionan y hace falta una normativa que regule el tráfico marítimo de coches eléctricos y de combustión
Actualmente hay en el mundo un número indeterminado entre los 800 y los 1.000 barcos de transporte de coches denominados Ro-Ro, término con el que se conoce a las embarcaciones Roll on-Roll off. En cualquier caso es un número insuficiente dada la actual demanda del mercado. Sólo en 2023 se transportaron 23 millones de coches por vía marítima en el mundo.
La ofensiva global de China en el sector de los coches eléctricos ha provocado que las necesidades de transporte de vehículos se hayan multiplicado tanto en número como en funcionalidad, pues transportar un coche de combustible es muy distinto a transportar un coche eléctrico.
El problema: las baterías
Los coches de combustible suelen ser mucho más ligeros que los coches eléctricos, que pueden pesar entre 500 y 800 kilos más, esto afecta a la estiba de la carga de manera determinante. Por si esto fuera poco, transportar un vehículo con una batería de estas dimensiones tiene muy poco que ver con transportar un coche con motor de combustible.

Varios coches eléctricos incendiados en la bodega del Fremantle, un buque Ro-Ro incendiado
El incendio en 2022 del buque de transporte de coches Felicity Ace marcó un antes y un después en el transporte marítimo de este tipo de coches. Un buque que ardió en alta mar con más de 4.000 vehículos alemanes en su ‘vientre’, muchos de ellos de lujo, que terminaron calcinados.
Miles de coches por viaje
De hecho en aquel momento tanto las compañías marítimas de seguros como las propias compañías navieras se negaron a asegurar y transportar coches eléctricos mientras no hubiera un protocolo lo suficientemente claro y sobre todo seguro.

Así terminó el Felicity Ace, al menos no se hundió
El sector lleva desde 2019 trabajando sobre el proyecto Lash Fire –Legislative Assessment for Safety Hazards of Fire and Innovations in Ro-Ro ship Environment– que ya se ha traducido en diferentes medidas de seguridad que se aplican en este tipo de embarcaciones.
Abandonen el barco
Para entender por qué en los incendios de buques cargados de coches eléctricos solo cabe abandonar el barco y dejarlo arder hay que tener claro que un incendio en alta mar es una de las emergencias más graves que pueden producirse en un barco.
Por un lado en alta mar no hay bomberos a mano salvo que estemos frente a las costas de algún país, en cuyo caso sí es relativamente sencillo que nos envíen una embarcación de ayuda pero que poco puede hacer en estos casos.

Si se usa demasiada agua podemos inundar las bodegas y el barco se hundirá
En alta mar debe ser la propia tripulación la encargada de apagar el fuego, algo imposible en el caso de los coches eléctricos, pues sencillamente tardan horas en apagarse y de hecho cuando parecen extinguidos vuelven a arder.
A todo ello hay que sumarle que la bodega de los barcos se convierten en verdaderos hornos cuya temperatura alcanza los 1.000 grados con facilidad y se extiende en segundos, sin olvidarnos de unos gases químicos provocados por las baterías que son mortales y exigen trajes con respiración autónoma.
Con este panorama no es extraño que la única solución sea abandonar la embarcación y dejarla arder, todo ello sin echarle demasiada agua desde un barco bombero en caso de que llegue, pues con la acumulación de agua podemos provocar que se escore y directamente se hunda, generando un desastre ecológico aún mayor.
Dejarlo arder
Hace una semana ardía frente a la costa de Alaska el Morning Midas, un Ro-Ro con bandera de Liberia que a día de hoy sigue en llamas sin que nadie pueda hacer nada, pues no existe otra solución.

Las imágenes de las bodegas de barcos incendiados son dantescas
De hecho, los bomberos expertos en embarcaciones recomiendan que los coches eléctricos viajen solos separados del resto de coches, que no carguen la batería durante el trayecto y que los barcos estén provistos de cámaras térmicas y de detectores de humo, para poder actuar según comienza el incendio, pues estos buques pueden llevar hasta 9.000 coches en sus ocho y nueve bodegas de carga.
En este caso y pese a contar con sistemas de pulverización de agua marina para apagar el fuego, la realidad es que no pueden extinguirlo, sino simplemente intentar que no se extienda a otros coches de la embarcación, una solución que puede dar tiempo para abandonarla sin riesgo.
Todo ello junto a medidas más tradicionales como cerrar la ventilación de las bodegas y tratar de llenarlas de CO2 para que el oxígeno no actúe como carburante para las llamas y empeore aún las cosas.