Puente y López se ríen de Colón
Según la delegación del Gobierno, ayer se manifestaron bajo la lluvia 25.000 personas, muchas más de las 12.000 que acompañaron a los sindicatos el 1 de mayo bajo un sol que permitió a Yolanda Díaz enseñarnos el ombligo
En la España de hoy, cuando uno necesita conocer la versión edulcorada de las cosas acude a Pedro Sánchez, que con el batallón de asesores que maneja siempre hay uno que le encuentra el titular memorable: «Más transporte público y menos lamborgini» o «El futuro de España será verde o no será» que, por cierto, está plagiado de aquel eslogan del feminismo excarcelador que decía «La revolución será feminista o no será».
Si por el contrario uno quiere conocer la versión real de las cosas, basta con hacerle dos preguntas más o menos difíciles a Pilar Alegría para que se ponga nerviosa y se le escape.
El caso es que el socialismo es experto en amasar el lenguaje de tal manera que casi nada es lo que parece. A la recesión del año 2009 la llamaron «desaceleración». A la pandemia, «emergencia sanitaria». Y al apagón tercermundista de hace dos semanas, «cero energético». Son buenos en letras pero no tanto en ciencias, como se observa de la reacción de Óscar López y Óscar Puente a la manifestación de este sábado en Colón. Según la delegación del Gobierno, que no depende precisamente de Génova, allí acudieron bajo la lluvia 25.000 personas, que es más del doble de las 12.000 que acompañaron a los sindicatos el pasado 1 de mayo bajo un sol estupendo que permitió a Yolanda Díaz remangarse la camisa y enseñarnos el ombligo.
Suspende el socialismo en Matemáticas de la misma forma que suspende en Biología cuando nos aseguran que un señor con barba y dos niños escolarizados puede ser una mujer si así se «autopercibe». Para el socialista contemporáneo 12.000 de los suyos valen más que 25.000 de los tuyos, a pesar de que muchos de los primeros, siendo liberados, cobran solo por detrás de la pancarta.
Tengo la teoría, nada original, de que Óscar Puente y Óscar López están en el Gobierno no por su capacidad intelectual, sino para decir en voz alta todas aquellas cosas que Sánchez, por aquello del cargo, no se atreve.
También estoy convencido de que a López no lo llamaron para derrotar a Ayuso, cosa que no contempla ni el CIS de Tezanos. Simplemente lo sacaron del cementerio de elefantes de Paradores para que, agradecido por devolverle a luz, poder pedirle que actúe como lo que es: el mamporrero más en forma al servicio de Sánchez.
