La ministra portavoz del Gobierno, en la rueda de Prensa posterior al Consejo de Ministros, tuvo ayer el valor de acusar al expresidente Aznar de pretender «amañar unas elecciones a través de la mentira más miserable de la historia de nuestra democracia». Los nervios del Gobierno ya rozan el histerismo. En esta referencia a los atentados del 11-M y las elecciones del 14 de marzo de 2004 olvidan hacer ninguna mención del hecho de que el Aznar dejó el Gobierno habiendo detenido a todos los que después fueron procesados y condenados. A estas alturas, recurrir al 11-M es una demostración de desesperación.