
El abogado Jaime Sanz de Bremond, una de las acusaciones por el atropello en una boda de Torrejón
Sucesos
El autor del asesinato múltiple en una boda en Torrejón asegura que todos los invitados le querían matar
Micael da Silva, alias El Portugués y autor del atropelló masivo que se produjo en noviembre de 2022 en una boda en Torrejón de Ardoz, ha declarado en el juicio que «todos» los invitados le querían matar, asegurando que al escuchar disparos, se agachó por miedo y el coche aceleró por su propio cuerpo sin tener intención de que se produjera la masacre ocurrida.
El jurado popular ha escuchado este jueves el relato del procesado, quien afrontaba inicialmente una petición fiscal de 226 años de prisión y peticiones de prisión permanente revisable al tratarse de un asesinato múltiple. Mañana las partes expondrán sus conclusiones definitivas y previsiblemente se sumarán a la petición de pena de prisión de la fiscal.
El acusado se ha roto en su interrogatorio y ha aseverado que es «una persona muy buena». «Nadie se merecía morir», ha implorado cuando la fiscal le insistía en por qué los invitados querían supuestamente agredirle. «No lo sé, no lo sé. Qué Dios se lleve mi alma. No sé por que me hicieron eso», se ha lamentado.
El Portugués acudió la tarde del 6 de noviembre a la celebración en el restaurante El Rancho para acompañar a sus hijos, ya que uno de ellos padece una esquizofrenia. «Nosotros no queríamos ir a la boda pero mi niño me dijo 'papa, llévame a la boda'», ha comentado. En un momento del convite, su progenitor le comentó que le habían insultado y decidieron irse al ver que los asistentes estaban «borrachos y drogados».
Ya en el exterior, les intentaron linchar con palos y les persiguieron con pistolas y navajas. «Para mi fueron horas. Es lo peor que me ha pasado en la vida. No se lo deseo a nadie», ha aseverado detallando que cuando estaba en el coche, vio a dos invitados que le gritaban que le iban a matar con dos navajas en la mano.
Poco después, escuchó disparos y se agachó. «En todo momento pité para que la gente se apartara. Todos me querían matar. Daban golpes en el coche. Escuché pam, pam y me agaché y el coche aceleró por el peso de mi cuerpo», ha relatado. «Yo no tenía intención de atropellar. Me querían matar con pistolas y navajas. Escuché solo un golpe y vi la luna rota. Pero no sabía que atropellé a esa gente y ni vi la sangre», ha narrado.
«¿Pisó el acelerador?», le ha inquirido la fiscal, a lo que ha respondido que «automáticamente, el cuerpo del mismo miedo hizo que acelerase» y cuando se puso derecho, ya vio la luna del vehículo rota. «Cuando uno te pega, te pegan todos», ha espetado.
A preguntas de su defensa, ha asegurado que en todo momento llevaba puestas las luces y pitaba a los invitados para que se apartaran de su camino. «Yo nunca tuve conciencia de ello -de haber matado-. Me lo dijo el policía de pelo blanco que había matado a cuatro personas. Yo no me lo creía», ha indicado.
Miedo insuperable
En la vista, un jurado popular tendrá que determinar si da veracidad a la versión del procesado, quien habría producido el atropelló al huir por miedo insuperable a los disparos que le efectuaron los asistentes. En el escenario de la masacre, no quedaron evidencias de que se hubiera producido algún tiroteo.
El pasado viernes, el jurado popular escuchó el relato de varios testigos presenciales, familiares de las víctimas mortales. «Quiero justicia. Nos han destrozado la vida», clamó el hijo de uno de los muertos, quien buscó a su padre entre los fallecidos.
La mujer del procesado manifestó en la anterior sesión que tanto ella como sus hijos estaban invitados al convite y que fue el padre del novio quien acudió a casa de su padre para invitarles personalmente.
Su marido fue a la celebración para cuidar a uno de sus hijos al sufrir problemas mentales, indicando la testigo que una persona le quitó a su hijo un vaso en la boda y ahí comenzó el conflicto.
Atropello mortal
Los hechos se produjeron la madrugada del 6 de noviembre de 2022, cuando El Portugués acudió a la celebración de una boda en el restaurante 'El Rancho' de Torrejón de Ardoz en compañía de dos hijos suyos menores de edad y de dos sobrinos.
Durante la celebración, uno de los menores protagonizó un incidente con alguno de los invitados, lo que motivó que se le indicara al acusado que abandonara el lugar junto con las personas que le acompañaban.
Fue entonces cuando el procesado se enfrentó a varios de los allí presentes, hasta que una vez en el exterior del establecimiento, se dirigió en compañía de sus hijos y sobrinos al vehículo de su propiedad que tenía aparcado en las inmediaciones.
Tras ponerse al volante aceleró el motor «a sabiendas de la presencia de las personas allí congregadas con motivo de los hechos y con total voluntad de causarles la muerte o asumiendo la posibilidad de que ello sucediera», arrolló a varios de ellos, ocasionando la muerte de cuatro personas: I. M. S., C. R. B., J. M. R. V. y C. B. S.