
Parque Nacional del Río Abiseo, un sitio Mixto del Patrimonio Mundial de la UNESCO
Revelan con la técnica LIDAR más de 100 nuevas estructuras prehispánicas en Perú
Este hallazgo representa el primer descubrimiento
importante en la región desde la década de 1980 y más que duplica el número de sitios arqueológicos conocidos en el complejo Chachapoya
World Monuments Fund (WMF) ha anunciado este miércoles un descubrimiento de gran relevancia en Gran Pajatén, uno de los vestigios arqueológicos más enigmáticos y arquitectónicamente significativos de la civilización chachapoya, ubicado en la región San Martín del Perú. El complejo se encuentra dentro del Parque Nacional del Río Abiseo, un sitio Mixto del Patrimonio Mundial de la UNESCO, reconocido por su extraordinaria riqueza cultural y belleza natural.
Investigadores han identificado y documentado más de 100 estructuras arqueológicas, superando ampliamente las 18 registradas en la década de los años sesenta y las 26 registradas en la década de 1980. Este hallazgo marca un hito en nuestra comprensión sobre la organización de este asentamiento chachapoya, su arquitectura e influencia regional. Los descubrimientos son el resultado de una iniciativa liderada por la oficina de WMF en Perú entre 2022 y 2024 que combinó exploración, excavación, trabajo de conservación y técnicas avanzadas de documentación.
La civilización chachapoya, conocida como el «gente del bosque nuboso», se desarrolló entre los siglos VII y XVI en los Andes nororientales del actual Perú. Establecidos principalmente entre los 2.000 y 3.000 metros sobre el nivel del mar, construyeron centros urbanos sofisticados, plataformas ceremoniales, estructuras funerarias y terrazas agrícolas, a menudo en entornos remotos y escarpados.

Investigadores en Perú
Su sociedad estaba compuesta por señoríos regionales que, sin embargo, compartían un lenguaje arquitectónico y artístico distintivo, reflejado en sus edificaciones circulares, frisos geométricos, mosaicos antropomorfos, mausoleos y sarcófagos en acantilados. Aunque resistieron la invasión inca, los chachapoya fueron finalmente sometidos en el siglo XV, poco antes de la llegada de los españoles.
Descubierto en la década de 1960, el Gran Pajatén ha sido durante mucho tiempo uno de los sitios chachapoya más notables que se conservan. El complejo incluye edificios ceremoniales decorados con mosaicos de piedra que representan figuras humanas, frisos en alto relieve y una vista imponente del bosque nuboso circundante.
Aunque investigaciones anteriores expusieron varias estructuras destacadas, gran parte del sitio permanecía oculto bajo una densa vegetación, y su escala, función y cronología eran objeto de especulación continua. Para proteger el ecosistema único y altamente frágil del Parque Nacional del Río Abiseo, el acceso turístico a Gran Pajatén y a otros sitios dentro del parque sigue estando restringido.
No es el qué, sino el cómo
Utilizando tecnología avanzada —incluidos escaneos LiDAR aéreos y manuales, fotogrametría, registro topográfico y análisis tecnomorfológico— WMF logró generar un plano más detallado del Gran Pajatén. Estos métodos no solo permitieron a los arqueólogos ver a través de la densa vegetación, sino que también posibilitaron una cartografía e interpretación de alta precisión sobre las técnicas constructivas, el diseño del sitio y su relación con el entorno natural, todo sin dañar el delicado paisaje ni sus vestigios arquitectónicos.
«El equipo logró documentar un conjunto arquitectónico compuesto por múltiples sectores interconectados. Esto permite comprender al Gran Pajatén en su verdadera magnitud, no como un conjunto aislado, sino como parte de una red articulada de asentamientos prehispánicos de diferentes periodos. Este hallazgo cambia radicalmente la dimensión del sitio y plantea nuevas preguntas sobre el rol del Pajatén en el mundo chachapoya», señaló Juan Pablo de la Puente Brunke, director ejecutivo de WMF en Perú.
«Lo que hace que este momento sea tan significativo no es solo la magnitud de lo descubierto, sino cómo lo logramos», dijo Bénédicte de Montlaur, presidenta y CEO de World Monuments Fund. «Gracias al uso de tecnología avanzada, nuestro equipo pudo recopilar documentación visual y científica extraordinaria que da vida al Gran Pajatén, preservando su delicado entorno. Aunque el sitio sigue siendo inaccesible para la mayoría de personas, estas herramientas nos permitirán compartir su significado a través de narrativas digitales inmersivas y reflexivas».
Las investigaciones arqueológicas han confirmado que la presencia chachapoya en el Gran Pajatén se remonta al menos hasta el siglo XIV, con evidencias que sugieren una ocupación significativamente más temprana del lugar. En combinación con el descubrimiento de una red cercana de caminos prehispánicos que conecta el Gran Pajatén con otros sitios como La Playa, Las Papayas y Los Pinchudos, estos hallazgos respaldan una interpretación más amplia del complejo como parte de un territorio jerarquizado y eficientemente interconectado.
En paralelo a los trabajos de detección remota, el equipo también llevó a cabo intervenciones arqueológicas y de conservación en una de las estructuras más importantes del complejo Gran Pajatén. El equipo de conservación realizó una limpieza controlada de la vegetación, documentación digital detallada y labores de estabilización, incluyendo el relleno de juntas, el refuerzo de escalinatas y mosaicos, y la conservación parcial del muro perimetral.
Se formuló una mezcla a base de arcilla especialmente diseñada para reforzar estas estructuras sin alterar su autenticidad. «Este trabajo constituye una intervención pionera que servirá de modelo para futuras acciones de conservación en la zona,» señala el Dr. Ricardo Morales Gamarra, responsable del componente de conservación del proyecto.
Una exposición gratuita en el Museo de Arte de Lima (MALI) en Perú, abierta al público del 21 de mayo al 18 de junio, ofrece una oportunidad para explorar la cultura chachapoya y conocer más sobre los recientes descubrimientos de WMF.