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El presidente estadounidense Donald Trump y el canciller alemán Friedrich Merz (izq.) se estrechan la mano durante una reunión bilateral en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, D.C

El presidente estadounidense Donald Trump y el canciller alemán Friedrich Merz, en la Casa BlancaAFP

Merz trata de ganarse el favor de Trump para frenar la guerra arancelaria contra Europa

El canciller alemán quiso romper el hielo regalando al presidente de Estados Unidos el certificado de nacimiento de su abuelo alemán

El canciller alemán, Friedrich Merz, viajó este jueves hasta la capital de Estados Unidos para reunirse por primera vez con el presidente Donald Trump. Los líderes que llegan a la Casa Blanca nunca saben cómo puede acabar el encuentro, puede ir bien como el del primer ministro británico, Keir Starmer, o catastrófico como fue el caso del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.

Ante esta situación, el canciller alemán trató de ganarse al republicano desde el primer instante agasajándole con el certificado de nacimiento de su abuelo paterno, Frederick Trump, que nació en 1869 en la actual Alemania.

Merz le entregó el documento, enmarcado, al comienzo de la reunión bilateral celebrada en el Despacho Oval de la Casa Blanca, durante su primera visita oficial desde que asumió el cargo.

Entre risas, el canciller destacó que el nombre de nacimiento del abuelo de Trump era Friedrich, al igual que el suyo, a lo que el presidente respondió señalando que se trata de un «nombre muy alemán».

«Muchas gracias, es precioso», expresó Trump, mientras recorría con la mirada las paredes del Despacho Oval en busca de un lugar donde colgar el cuadro.

Frederick Trump (1869–1918) nació en Kallstadt, que entonces formaba parte del Reino de Baviera. En 1885, con apenas 16 años, emigró a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, como muchos alemanes de su generación.

Tras amasar una fortuna, el fundador de la dinastía Trump volvió a Kallstadt, pero en 1905 las autoridades le revocaron la ciudadanía porque había emigrado sin cumplir con el servicio militar obligatorio y regresó a Nueva York.

«Un buen acuerdo»

Una vez roto el hielo, el presidente estadounidense aseguró que lazos entre ambos países serán fuertes. «Vamos a tener una gran relación con su país», declaró Trump a Merz. En esta misma línea, el estadounidense aseguró al canciller alemán que su país cerrará «un buen acuerdo» arancelario con la Unión Europea (UE).

«Tendremos un buen acuerdo comercial. Supongo que eso lo determinará principalmente la Unión Europea, pero usted es una parte muy importante de ello, así que estará involucrado. Al final, con suerte, lograremos un acuerdo», dijo el líder republicano ante su homólogo en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

El encuentro en Washington se produce a poco más de un mes de que el 9 de julio expire el plazo dado por Trump al bloque comunitario para llegar a un nuevo acuerdo sobre los aranceles considerados «recíprocos».

«Con suerte llegaremos a un pacto o (si no) aplicaremos las sanciones. Quiero decir, yo estoy bien con las sanciones», añadió Trump ante Merz, al que definió como «un gran representante de Alemania», pero también alguien «duro».

«Es duro. ¿Puedo decir eso? ¿Es positivo? No querrás que diga que eres fácil, ¿verdad? Es un gran representante de Alemania. Creo que lo único que queremos es tener una buena relación», recalcó el mandatario estadounidense.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acordó a finales de mayo en una llamada telefónica con Trump extender el plazo para lograr un pacto hasta el 9 de julio después de que el líder estadounidense amenazara con imponer a partir de la semana siguiente un impuesto aduanero del 50 % al bloque comunitario.

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