Los coches híbridos son los más vendidos del momento
Práctico
Cómo conducir un coche híbrido para conseguir un consumo ridículo
Este sencillo consejo de conducción puede hacernos ahorrar hasta un 20 % de combustible sin tener que ir haciendo cosas raras
Cuando todos los fabricantes ya pensaban que deberíamos estar inmersos en plena época de la electrificación, con unas ventas disparadas, la realidad dice que las únicas ventas que se han disparado en Europa son las de coches híbridos.
Y no hablamos precisamente de los coches híbridos enchufables, sino de los híbridos tradicionales que no hay que enchufar, sino que van recargando la batería constantemente tanto con la energía generada con las frenadas como con el propio motor de gasolina.
No enchufables
Su funcionamiento es sencillo, el motor eléctrico ayuda al coche a moverse en determinadas ocasiones en las que se dispara el gasto de carburante, como en las aceleraciones, lo que reduce el consumo de combustible.
Los híbridos se basan en la combinación de un motor de combustión y uno eléctrico
En este caso la regla es muy sencilla, cuanta más energía eléctrica logremos generar en las frenadas menos combustible gastaremos, porque esa energía eléctrica ayudará a empujar el coche.
La clave está en la energía
¿Y cómo lograremos generar más energía eléctrica? Pues el truco es mucho más sencillo de lo que parece a priori. Para ello basta con utilizar la posición B del cambio automático con la que cuentan los automóviles híbridos, o al menos la gran mayoría.
En esta posición lo que logramos es que el coche retenga más con el motor y menos con los frenos, una función que regenera una mayor cantidad de energía eléctrica. Si usamos bien este sistema, algo que hace poca gente, podremos disminuir el consumo hasta en un 20 %.
La clave está en usar la posición B del cambio automático el mayor tiempo posible
Usarlo bien significa, por ejemplo, que cuando en una ciudad vemos que un semáforo se ha puesto en rojo usemos la posición B para que el coche vaya decelerando hasta casi pararse, de hecho algunos coches permiten modular la deceleración con varios grados de frenada.
Un sistema que posteriormente se ha extendido hasta los coches eléctricos, que también disponen del mismo y que es clave para incrementar la autonomía del vehículo.
