Un profesional del cámper y las caravanas da cuenta de cómo les persigue a multas la DGT

De acuerdo con las estadísticas en España hay unos 400.000 vehículos de caravaning matriculados, de los cuales más de la mitad son caravanas, seguidas de autocaravanas y furgonetas camperizadas.

Se trata de vehículos caros y escasos, lo que ha provocado que muchos conductores opten por hacer las preparaciones de manera particular, un procedimiento para el que se necesita mucho trabajo y tiempo.

Preparaciones artesanas

Tal y como señalan el tiempo y la impaciencia son precisamente dos de los principales inconvenientes para este tipo de preparaciones, pues la impaciencia provoca que los dueños opten por usarlas cuando todavía están en pleno proceso de camperización.

Conviene tener claro que cualquier reforma de un vehículo destinada a convertirlo en una cámper o similar debe ser homologada en una Inspección Técnica de Vehículos y no es suficiente con que la inspección sea parcial, sino que la inspección debe hacerse una vez que se haya hecho la transformación completa.

Esto quiere decir que aunque una furgoneta tenga la ITV al día, si la estamos camperizando no podemos circular con ella y si lo hacemos nos arriesgamos a que nos pongan una multa, pues los agentes están muy vigilantes con este tipo de detalles que pueden descubrir muy fácilmente.

No es legal circular

Además de los problemas de homologaciones, los usuarios de este tipo de vehículos suelen tener problemas tanto con la Policía Municipal como con la Guardia Civil por los lugares en los que suelen estacionarlos y por el uso que hacen de los posibles avances, sillas, toldos, mesas y similares.

Conviene recordar que en este caso hay que consultar las ordenanzas municipales, que cambian en función del pueblo o ciudad en el que estemos e indican con toda claridad los requisitos para poder estacionar y pernoctar con estos vehículos.

Un mundo apasionante pero muy castigado por la falta de una regulación única que unifique su uso en toda España.