
Mujer poniendo la lavadora
Salud
Esta es la prenda que usas habitualmente y siempre está llena de gérmenes
Parece que no, pero requiere más limpieza de lo que pensamos
Cuando salimos de casa estamos expuestos a todo tipo de gérmenes, bacterias y hongos que están presentes en el aire, en las superficies y en las personas. Estos se adhieren con facilidad a nuestra ropa sin que lo notemos.
Cuando se aproxima la estación del otoño e invierno, muchos de nosotros empezamos a desempolvar los abrigos, que son nuestros compañeros más fieles para combatir el frío. Pero, hay un problema que pocos tenemos conocimiento o en cuenta de ello: lavamos ese tipo de prenda con muy poca frecuencia, y según los expertos, son un verdadero imán para los microbios.
El biólogo Charles Gerba, de la Universidad de Arizona concedió una entrevista para el periódico The New York Post, donde aseguró que los gabanes en invierno tienden a acumular virus, bacterias y gérmenes con cierta facilidad y si son aquellas que rara vez lavamos, pueden quedarse ahí por mucho tiempo.
La mayoría de las personas no lavan este tipo de ropa con regularidad, y es bastante común que pasen semanas o, incluso, meses sin ver una lavadora. Por lo tanto, Gerba recomienda que deberíamos lavarlos al menos una vez por semana, especialmente en los meses de frío, cuando estamos más expuestos a virus como: la gripe o el resfriado.
La situación puede llegar a ser más preocupante si usamos guantes o bufandas y no los lavamos con regularidad. Según Gerba, «el calor mata los microbios», por lo que aconseja lavar estas prendas en el agua más caliente posible, siempre que permita el tejido o, si no es posible, pasarlas por la secadora durante 45 minutos para reducir la cantidad de bacterias y virus.
El calor corporal crea en su interior un microclima templado, ideal para que las bacterias se reproduzcan con rapidez. Además, los cuellos y los puños acumulan grasa cutánea que actúa de pegamento para polvo y partículas virales presentes en el aire urbano.
¿Cuál es el lavado adecuado?
Lo más aconsejable y para evitar así problemas para la salud sería integrar el abrigo en la rutina de lavado con agua caliente y detergente antibacteriano cada diez días si el tejido lo permite, o una limpieza profesional mensual en el caso de lanas delicadas y plumas. En el caso de los abrigos impermeables o de cuero, basta con pasar un paño húmedo con jabón neutro cada semana y dejar secar completamente antes de guardarlos.