
Bebé en la incubadora
Una prueba de ADN revela a una mujer de 65 años que la cambiaron por otra al nacer
Tras este suceso, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido le ha ofrecido una compensación económica
A sus 65 años, Ann –nombre ficticio– decidió dar un paso adelante y hacer algo que llevaba mucho tiempo pensando: realizarse una prueba de ADN en una clínica privada para conocer más sobre su abuelo y descubrir detalles sobre su ascendencia. Al revisar los resultados, descubrió que tenía una significativa herencia irlandesa, algo que desconocía, pero a lo que no dio demasiada importancia. Sin embargo, años después, un extraño le reveló toda la verdad sobre su nacimiento.
Todo comenzó hace diez años, cuando los resultados de la prueba de ADN desvelaron que la que ella creía su familia no lo era realmente. Para tratar de esclarecer la situación, Ann decidió ingresar sus datos en una base de datos genética, lo que le permitiría ponerse en contacto con otras personas que pudieran compartir ascendencia común, según informa la BBC, que ha dado a conocer su historia.
Pasaron seis años y, cuando Ann ya había perdido la esperanza, un extraño le envió un mensaje. Alguien afirmaba compartir el mismo ADN. ¿Podría ser su hermano? «Sentí pánico absoluto», reveló Ann, quien ahora tiene 75 años, al medio británico, donde también aseguró que su mente se «descontroló» y experimentó «una montaña rusa de emociones».
En un primer momento, pensó que había sido adoptada y que sus padres, que ya habían fallecido, nunca se lo habían contado. Lo consultó con su hermano mayor, quien le aseguró que era «imposible», ya que había compartido toda su vida con ella, incluso en el hospital el día en que Ann nació.
Aunque confió en las palabras de su hermano, algo no encajaba. Tal como relató la BBC, Ann siempre había sido más alta que sus hermanos, tenía el cabello rubio y no se parecía al resto de su familia. En su búsqueda, su hija, que quería ayudarla a descubrir su origen, encontró algo crucial: una copia de los registros de nacimientos en la zona el día en que Ann nació. En ese momento, Ann se quedó de piedra: había otra niña nacida el mismo día, con el mismo nombre y apellidos. Se habían confundido de bebé.
Aunque al principio fue un golpe duro, pronto se dio cuenta de la suerte que había tenido. Su familia adoptiva le había dado todo. Cuando ya tenía todo claro, recibió una llamada inesperada: era su hermano biológico. Gracias a este contacto, pudo conocer a su familia biológica. De hecho, se reunió con él en varias ocasiones y mantienen contacto hasta hoy. «Si le hubieran puesto una peluca y algo de maquillaje, ¡podría haber sido yo!», bromeó Ann a la BBC.
A pesar de todo lo ocurrido, la mujer siempre considerará a sus padres adoptivos como su «verdadera familia» y como ha hecho hasta ahora, se referirá a ellos como «mamá y papá». Sin embargo, el descubrimiento le ha dejado un sabor agridulce.
Tras este suceso, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido le ha ofrecido una compensación económica. Aunque no se ha revelado la cantidad exacta, este caso ha abierto la puerta para investigar más situaciones similares.