Fundado en 1910
co2

Una fábrica emite gasesFreepik

Un equipo español halla la fórmula para almacenar CO₂ durante millones de años sin riesgo

Además del valor científico, los resultados tienen implicaciones políticas y económicas, al proporcionar mayor certeza a gobiernos e industrias sobre la eficacia de esta técnica

Qué hacer con los gases de efecto invernadero es una de las grandes cuestiones a las que se enfrentan científicos de todo el mundo para intentar disminuirlos y, con ello, evitar que el planeta se continúe calentando. Uno de estos gases es el dióxido de carbono (CO₂), cuyas emisiones de origen fósil alcanzaron las 37.400 millones de toneladas en 2024.

Por ello, un estudio español liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado que almacenar miles de millones de toneladas de dióxido de carbono (CO₂) atmosférico bajo tierra conlleva un riesgo muy bajo de fuga hacia la superficie. La investigación, publicada en la revista Geophysical Research Letters, aporta evidencias clave sobre la viabilidad y seguridad de esta tecnología, que podría convertirse en una herramienta crucial para frenar el cambio climático.

El almacenamiento geológico de CO₂ consiste en capturar este gas de efecto invernadero procedente de industrias con altas emisiones y confinarlo a gran profundidad en formaciones geológicas adecuadas, como rocas porosas y permeables tipo gres. Esta técnica busca impedir que el CO₂ regrese a la atmósfera y siga contribuyendo al calentamiento global. No obstante, uno de los principales desafíos técnicos y de aceptación pública ha sido el riesgo de que el gas almacenado pudiera escapar y alcanzar la superficie.

Para abordar esta preocupación, el estudio utilizó simulaciones avanzadas para evaluar la evolución del CO₂ inyectado a una profundidad habitual de 1.550 metros. «Incluso si las capas de roca con baja permeabilidad que recubren el yacimiento se fracturaran, los resultados muestran que el gas permanecería atrapado en el subsuelo durante millones de años», explica Iman Rahimzadeh Kivi, investigador del CSIC en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) y primer autor del estudio.

Esta investigación, en la que también participó el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA-CSIC-UIB), junto con el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley y la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, ha desarrollado una nueva metodología para estimar la probabilidad de fuga del CO₂ a escalas sin precedentes tanto en volumen como en tiempo. Los modelos numéricos empleados permitieron simular el comportamiento del gas durante millones de años, considerando miles de millones de toneladas almacenadas.

El objetivo principal fue evaluar el desplazamiento vertical del CO₂ tras su inyección. «En el mejor de los escenarios, donde las propiedades geológicas se mantienen intactas, el gas solo se desplazaría 200 metros hacia arriba después de un millón de años. En el peor de los casos, con un elevado número de fracturas en la roca, el CO₂ ascendería 300 metros», detalla Víctor Vilarrasa, investigador del IMEDEA (CSIC-UIB) y también autor principal del trabajo. Según Rahimzadeh Kivi, esto implica que, incluso en condiciones adversas, el gas seguiría estando a más de 1.200 metros de profundidad, sin representar un riesgo para la superficie ni la atmósfera.

Este avance representa un paso importante hacia el despliegue seguro del almacenamiento subterráneo de CO₂ como estrategia para alcanzar la neutralidad de carbono. Los investigadores destacan que los escenarios planteados por el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) para lograr emisiones netas cero –e incluso para eliminar carbono de la atmósfera– requieren recurrir a esta tecnología. «Este estudio confirma que el almacenamiento geológico puede ofrecer una solución segura y permanente para reducir el CO₂ atmosférico», señala Vilarrasa.

Además del valor científico, los resultados tienen implicaciones políticas y económicas, al proporcionar mayor certeza a gobiernos e industrias sobre la eficacia de esta técnica para enfrentar la emergencia climática. El estudio fue realizado en el marco del proyecto EASY GEO-CARBON (PCI2021-122077-2B), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Agencia Estatal de Investigación (MCIN/AEI), así como por fondos europeos NextGenerationEU y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).

En definitiva, esta investigación interdisciplinaria respalda con datos rigurosos que el almacenamiento subterráneo de dióxido de carbono es una vía viable, segura y a largo plazo para ayudar a mitigar los efectos del cambio climático y avanzar hacia un futuro con emisiones netas cero.

comentarios
tracking
OSZAR »