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Benicio del Toro, Wes Anderson y Mia Threapleton, durante su rueda de prensa en Cannes

Benicio del Toro, Wes Anderson y Mia Threapleton, durante su rueda de prensa en CannesEFE

Cine

Así es la nueva película de Wes Anderson que ha presentado en Cannes

El cineasta dirige The Phoenician Scheme con su habitual reparto de lujo

Por tercera vez el director norteamericano Wes Anderson desembarca en el Festival de Cannes con su habitual cortejo de grandes luminarias de Hollywood pero sin aportar otra cosa en The Phoenician Scheme que un modelo repetitivo que vive de rentas de sus primeros filmes.

Mucho más novedosa es El agente secreto, con la que también vuelve al concurso del festival el brasileño Kleber Mendonça Filho, con su historia de un científico perseguido en 1977 no solo por el régimen sino también por sus competidores.

Anderson siempre sabe impactar al espectador, aún a sus más reacios seguidores, con primeras escenas impactantes que luego se van descolorando a medida que se acumulan en la narración, sin más novedad que la impresionante cantidad de astros y estrellas de Hollywood, amigos y fans del realizador llamados a interpretarlos.

Aquí tenemos a Benicio del Toro como magnate especulador que, para llevar a cabo un faraónico proyecto (el esquema fenicio que da el título al filme), donde se unen puertos, ferrocarriles, palacios y centros comerciales, necesita que sus financiadores aumenten su participación (entre ellos Tom Hanks, Mathieu Amalric, Benedict Cumberbatch, Jeffrey Wright y Scarlett Johansson), además de escapar a repetidos atentados de rivales, competidores y tres de sus cuatro exesposas y de nombrar socia y heredera universal a su única hija de su primera mujer que lo sospecha de haber sido asesinada por su padre.

Como cada una de estas peripecias sirven solo para adelantar la narración y presentar a nuevos personajes y actores (Bill Murray haciendo de Dios, Willem Dafoe, F. Murray Abraham, etc. etc.), a veces irreconocibles o demasiado fugaces para reconocerlos, esto no complica la comprensión de la trama, inventada por Anderson y Roman Coppola, hijo del gran Francis Ford, por parte del espectador.

La única debutante del clan Wes Anderson es Mia Threapleton (que en realidad no es una recién llegada sino la hija de la actriz Kate Winslet) en el papel de la hija del magnate, de la que no sabemos decir si sabe actuar o no, dada la actuación inexpresiva que impone el director a sus actores, que confían más en sus caras y en su fama que en su talento individual.

Excelente la escenografía del habitual Adam Stockhausen y la música del francés Alexandre Desplat lo mismo que la fotografía del también francés Bruno Delbonnel pero estos valores técnicos solo ayudan a ilustrar la trama pero no a salvarla.

Mendonça Filho es un viejo conocido del festival donde participó en cinco oportunidades, tres de las cuales en concurso, habiendo ganado el premio del jurado en 2019 por Bacurau, además de haber participado dos veces como jurado, de la Semana de la Crítica y del concurso oficial.

El agente secreto es su obra más ambiciosa, no solo por la solidez de la armazón narrativa, sino también por un montaje lleno de sorpresas y sobre todo por la decisión de terminar novedosamente la película con un anticlímax (reduciendo lo que hubiera sido la acción culminante del filme en una simple fotografía) dejando para el final la crítica a un pasado sombrío de la historia brasileña, la de la dictadura militar de los años 60 y 70 del siglo pasado.

Estamos en 1977 y un experto tecnológico, perseguido por el régimen por sus ideas de izquierda y por sus investigaciones por parte de sus rivales, huye a su Pernambuco natal con su hijo, en espera de un pasaporte falso que le permita expatriar.

Refugiado en un hogar donde se albergan otros perseguidos, el protagonista escapará a varios atentados hasta caer definitivamente en el último de ellos.

La narración parte de una investigación actual sobre la represión militar, llevada a cabo por dos jovencitas, una de las cuales será la que informe al hijo del técnico todos los entresijos de la represión de la que cayó víctima su padre.

Wagner Moura es el sentido protagonista en esta coproducción entre Brasil, Francia, Alemania y Holanda, escrita por el mismo Mendonça Filho con una espléndida fotografía de Evgenia Alexandrova.

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