La presión de los okupas de Vallcarca al PSC surte efecto: logran una reunión con el Ayuntamiento de Barcelona

«¡Victoria! Hemos conseguido una reunión el próximo martes 3 de junio a las 10 h de la mañana con el Comisionado de Vivienda, Joan Ramon Riera, Jesús Giménez y otros responsables del partido socialista». De esta forma celebrarán representantes de la asociación Som Barri ese compromiso adquirido con los socialistas, de reunirse con representantes del consistorio para frenar nuevos desalojos en Vallcarca. Todo ello, después de ocupar durante unas horas la sede del PSC, donde se han reunido con Sara Jaurrieta, primera secretaria de la Federación Local del PSC de Barcelona.

Desde esa asociación y que se presenta a menudo como representante de todo el barrio, cuando en realidad asume el rol de portavoz de los okupas y los antisistemas, aseguraban que habían decidido ‘okupar’ la sede de los socialistas por el conflicto existente «entre Vallcarca y el gobierno de Jaume Collboni». Aseguran que las políticas del PSC en Barcelona «pone en riesgo» la vivienda de muchas familias, «privatizando espacios culturales hasta ahora gestionados de forma comunitaria e instaurando la falta de participación como dinámica permanente».

En definitiva, de lo que se quejan es que el ayuntamiento haya desalojado algunos locales ocupados de forma ilegal y que usaban los okupas como supuestos centros culturales. También consideran que el alcalde está entregando la ciudad «al lobby hotelero y a las grandes constructoras».

Y es que el Ayuntamiento pretende desalojar dos edificios okupados que se encuentran en la Avenida de Vallcarca y un local en la calle de la Farigola. El consistorio los expropió en 2015 y cuatro años más tarde el Sindicato de Vivienda de Vallcarca decidió, por su cuenta, entrar en ellos y cederlos a familias vulnerables. Y lo cierto es que en esas viviendas viven familias con niños. Además, esas fincas de la avenida están situadas en suelo calificado de equipamiento.

Desde luego, Vallcarca es ahora el epicentro de la ocupación y de los movimientos antisistema en Barcelona. Hace solo unas semanas el Ayuntamiento desalojó el asentamiento okupa que se encontraba bajo el viaducto porque suponía «un peligro inminente» para la seguridad de los que allí vivían. Y es que se acumulaba chatarra, neumáticos y todo tipo de material inflamable. De hecho, el desalojo se aceleró porque solo unas horas antes había ardido una barraca dejando un herido.