Vista de Brujas y sus canales al atardecer.

Vista de Brujas y sus canales al atardecer.Visit Flanders

La ciudad medieval de Europa donde los turistas se están llevando los adoquines como recuerdo

Es una de las joyas medievales de Flandes y quizá por eso ahora se ha encontrado con una preocupante tendencia turística: el robo de adoquines de sus calles históricas

El centro de Brujas, la capital oficiosa del romanticismo en Flandes es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Brujas es también conocida por ser la cuna los primitivos flamencos, con grandes nombres como Jan van Eyck, Pieter Bruegel El Viejo y Peter Paul Rubens. También es conocida como la Venecia del Norte por su red de canales llenos de encanto. Esto y más hacen que sea una de las ciudades flamencas más atractivas para los turistas, pero parece ser que no todos se comportan de la manera adecuada.

Conocida como «la Venecia del Norte», Brujas es la cuna de grandes maestros de la pintura flamenca

Se ha conocido que recientemente cada mes desaparecen entre 50 y 70 adoquines de zonas emblemáticas de la ciudad como Minnewater, Vismarkt, Markt y el entorno del museo Gruuthuse. Las autoridades locales sospechan que los turistas se llevan estas piedras centenarias como souvenirs de su visita. Los locales intentan redecorar los huecos llenándolos con flores, pero obviamente este gesto es considerado como una falta de respeto hacia el patrimonio de la ciudad.

Precioso y tranquilo rincón de Brujas.

Precioso y tranquilo rincón de Brujas.Piet De Kersgieter

Y no solo eso porque el impacto de estos robos va más allá de lo simbólico. La retirada de adoquines genera riesgos de tropiezos para los peatones y supone un coste económico significativo para la ciudad: reparar un metro cuadrado de empedrado puede costar hasta 200 euros. Además, al tratarse de un daño al patrimonio protegido, las sanciones por este delito pueden alcanzar los cinco años de prisión y multas de hasta 3.000 euros.

Entre los principales atractivos de Brujas se encuentran el campanario Belfort, la Basílica de la Santa Sangre y el Museo Groeninge

A pesar de este problema, Brujas sigue siendo uno de los destinos más encantadores de Europa. La Venecia del Norte ofrece una escapada única con sus canales serpenteantes, calles adoquinadas (que sigan así) y arquitectura gótica bien conservada. Entre sus principales atractivos se encuentran el campanario Belfort, la Basílica de la Santa Sangre y el Museo Groeninge, que alberga cuadros de Jan van Eyck, Hans Memling, Hugo van der Goes, Gerard David, El Bosco y un largo número de maestros que vinieron de los Países Bajos y trabajaban a menudo en Brujas y allí pintaban los cuadros encargados en el siglo XV y principios del XVI. Varios de esos cuadros son considerados hitos en la historia del arte europeo.

El campanario Belfort

La Markt Square y el campanario de Belfort.

La Markt Square y el campanario Belfort.Visit Flanders

El punto de referencia y vigía en Brujas desde sus 83 metros de altura. Si llega bien entrenado anímese a subir los 366 escalones de este edificio. En el camino pasará por el carillón con sus 47 campanas. Y en lo alto será recompensado con una impresionante vista panorámica de la ciudad. Y si le apetece descansar un rato a la bajada, la Plaza Mayor es la base habitual de los cocheros y sus caballos, que estarán encantados de llevarle a conocer los lugares más destacados de Brujas.

La leyenda de la Santa Sangre

Detalle de la Basílica de la Santa Sangre en Brujas.

Detalle de la Basílica de la Santa Sangre en Brujas.Enrique Matías Sánchez

Este edificio del siglo XII es una de las pocas iglesias románicas de la región conservadas en su totalidad. Era la capilla de la residencia de Teodorico de Alsacia, en aquel momento Conde de Flandes. Según la leyenda, esta basílica le debe su nombre y su fama. Dicen que durante la segunda cruzada recibió un regalo muy especial en Jerusalén: un tubito de cristal con sangre de Jesucristo. Esta reliquia se colocó en la capilla y sigue desempeñando un papel especial allí. Todos los años esta reliquia se venera durante la Procesión de la Santa Sangre, que recorre la ciudad el día de la Ascensión. Los demás días se puede visitar el santuario de la basílica, donde también encontrará un museo con valiosas obras de arte relacionadas con la Santa Sangre, como el Gran Relicario de la Santa Sangre, realizado en plata.

Y si quiere llevarse un recuerdo, Flandes es tierra de bombones y chocolate, también de cerveza, pero eso es más difícil de llevar. Un buen surtido de bombones le recordará su paso por esta bella ciudad, que debe mantener sus adoquines, su patrimonio y su encanto medieval a salvo para las generaciones futuras.

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