Dior despide a Maria Grazia Chiuri en Villa Albani Torlonia

Ponga un palacio en su vida, podría ser la tendencia actual de las casas de moda al elegir un lugar donde desfilar. La casa de modas Dior presentó ayer en Roma su próxima colección crucero, concretamente en el grandioso jardín de Villa Albani Torlonia, que pertenece a familiares de Alessandro Lequio. Veamos otros casos similares que han sentado tendencia.

El ya retirado Dries Van Noten, que deja atrás una estela de elegancia moderna en sus tiendas, se ha olvidado de la moda y se centra ahora en el arte y el estilo de vida. Tras vender su empresa, ha comprado el histórico Palazzo Pisani Moretta, situado en el Gran Canal de Venecia, entre el puente de Rialto y el edificio de la universidad Ca’ Foscari de la ciudad reina del Adriático, esa joya que se construyó sobre 118 islas. El edificio, del gótico florido, está decorado con frescos de Tiepolo y ricamente decorado.

Hace solo unos días, tenía lugar en Aviñón, en el sur de Francia, el desfile de la colección crucero de 2026 de Louis Vuitton. Allí, Nicolás Ghesquière escogió el Palacio Papal, un histórico lugar en el que la escena tomo como escenario el patio de honor, escenario de históricas representaciones teatrales en el pasado. El desfile contó con numerosas personalidades en primera fila, desde Brigitte Macron a Cate Blanchett o Pharrell Williams. La colección, una mezcla entre el guardarropa de Pocahontas y el de Odisea en el Espacio, fue sofisticada, moderna y poco habitual.

Vieja costumbre

Y es que esto de utilizar palacios para realzar una marca, ya comenzó con un desfile de Christian Dior en el palacio de Blenheim en 1958. Fue la primera incursión de la marca francesa en el Reino Unido y entonces contó con la asistencia de la Princesa Margarita como invitada de honor en la biblioteca de los duques de Marlborough. Los duques son de la familia Spencer-Churchill, y el mismo Winston Churchill nació allí mismo, si bien no heredó ni título ni palacio pues su padre, Randolph Churchill, era el tercer hijo de los duques.

En 1973, se organizó junto a París la «Battle of Versalles» o Guerra de Versalles, una iniciativa en la que compitieron marcas de moda que incluían a creadores franceses contra creadores estadounidenses para recaudar fondos dirigidos a la renovación del Palacio de Versalles. Con el tiempo, y en nuestro siglo, Valentino ha utilizado los jardines de Chantilly, Versace ha desfilado en el Palais Chaillot de París y en el Palazzo Reale de Milán. E incluso Dior había ya desfilado en el curioso Castillo de Drummond en Escocia.

Villa Albani Torlonia

El desfile de ayer de Dior en Villa Albani Torlonia en Roma, fue delicado, clásico e intemporal, como inspirado por las deidades romanas. El edificio, que es propiedad de la familia Torlonia desde 1866, fue construido por el cardenal Alessandro Albani a mediados del siglo XVIII. Pasó más tarde a manos de la familia de los Castelbarco, que lo vendió a los Torlonia.

Las siluetas clásicas y neoclásicas, las túnicas y los vestidos de inspiración medieval, hicieron brillar también a asistentes que lucieron sus estelares modelos, principalmente construidos en blanco, a menudo con transparencias. Reinó una bellísima -y posiblemente embarazada- Beatrice Borromeo con una túnica de inspiración griega en blanco de escote asimétrico y sandalias planas.

Victoria Federica de Marichalar y Borbón estuvo impecable y favorecida con un modelo que unía los pliegues de un atuendo de falda campesina espartana, camisa griega blanca y chalequillo compañero. La despedida de María Grazia Chiuri, tras 10 años a cargo de la dirección creativa de la maison, ha sido lucida, si bien la moda, cual Saturno devora a sus hijos, también devora y recicla buscando carne fresca e ideas que