
La Reina Letizia, en la Feria del Libro de Madrid
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El libro que la Reina Letizia dio a Felipe VI como regalo de compromiso
Una obra breve, melancólica y llena de simbolismo por la que nombraron a su primogénita Leonor
Cuando en noviembre de 2003 se oficializó el compromiso entre el entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, y la periodista Letizia Ortiz Rocasolano, pocos podían imaginar que uno de los gestos más significativos de aquella etapa no tendría que ver con joyas ni con protocolos reales, sino con un libro. Y no un libro cualquiera, sino una edición antigua de , escrita por Mariano José de Larra en el siglo XIX. Con este obsequio, la Reina no solo demostró su aprecio por la literatura, sino que también dejó ver una parte profunda de su personalidad: culta, reflexiva y conocedora de la historia y la tradición española.
El libro, publicado por primera vez en 1834, es una de las escasas incursiones de Larra en la narrativa de ficción, ya que es más conocido por su faceta como ensayista, cronista y periodista satírico. La novela se desarrolla en el siglo XV, durante el reinado de Enrique III de Castilla, apodado «el Doliente». En ella, se retratan conflictos amorosos, tensiones de poder y los dilemas morales de los personajes, en especial el trovador Macías y el propio rey, en un contexto que mezcla lo medieval con una sensibilidad romántica propia del siglo XIX. Es una obra breve, melancólica y llena de simbolismo, que encaja perfectamente con el perfil de una persona que busca compartir no solo un objeto material, sino una experiencia emocional e intelectual.
Doña Letizia, antes de convertirse en Reina, ya había demostrado su pasión por la cultura y el pensamiento crítico a través de su carrera periodística. Su paso por medios como TVE y su cobertura de asuntos internacionales le otorgaron una reputación de profesional rigurosa. Pero el regalo de El doncel de Don Enrique el Doliente reveló algo más íntimo: su amor por los libros como herramienta de comunicación profunda y duradera. Optar por una edición de 1850, cuidada y simbólica, fue también una forma de mostrar respeto por el legado cultural del país al que iba a representar.
Este gesto ha cobrado un significado aún más relevante con el paso del tiempo. La Reina Letizia ha mantenido una constante implicación en la promoción de la cultura, en especial la lectura. Ha presidido múltiples ediciones de la Feria del Libro de Madrid, entregado premios literarios, y participado en actos vinculados a la educación y las letras. Su interés personal por autores como Stefan Zweig, J.R.R. Tolkien, y la literatura del siglo XX ha sido bien documentado. En ese contexto, regalar una obra de Larra no parece casualidad, sino una elección meditada.

Reina Letizia, en su habitual paseo por las casetas de la Feria del Libro
Incluso se ha especulado con que el nombre de su hija mayor, la Princesa Leonor, pudiera estar inspirado en uno de los personajes femeninos de la novela. Aunque no existe una confirmación oficial, es otra muestra de cómo la literatura puede entrelazarse con la vida personal y pública de una figura como la Reina.
Todavía se desconoce qué libro se llevará al Palacio de La Zarzuela tras inaugurar la Feria del Libro. En 2024, compró Solo quería bailar de Greta García y En agosto nos vemos de Gabriel García Márquez. Y, como es de esperar, no podía faltar el toque personal de su amiga Sonsoles Ónega, a quien no dudó en dedicarle 40 minutos de espera en la firma de su novela Las hijas de la criada, en El Corte Inglés de Callao.