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La herencia puede convertirse en una ruina. Conviene estar bien asesorado para gestionarla.

La clave está en utilizar el mecanismo que une la nuda propiedad más el usufructo vitalicioEduardo Parra - Europa Press

Vivienda

Un abogado explica cómo heredar un piso sin pagar impuestos: «Es así de simple»

Muchas personas se han quejado en alguna ocasión de que no han podido recibir la herencia porque no disponen del saldo para aceptarla

La planificación sucesoria es un tema que a menudo se deja de lado en las conversaciones familiares. Sin embargo, Pablo Ródenas, experto en Derecho Sucesorio, comparte en su reciente reel de Instagram un enfoque innovador para evitar pagar un dineral en impuestos a la hora de transferir bienes a los hijos.

La clave de la estrategia presentada por Ródenas reside en la combinación de la nuda propiedad y el usufructo vitalicio. Este concepto legal permite que los padres conserven el derecho a vivir en su vivienda, mientras que los hijos adquieren la propiedad plena desde el momento de la donación.

De este modo, los padres pueden continuar disfrutando de su hogar sin que su vida cotidiana se vea afectada. Al fallecer, la vivienda pasa automáticamente a los hijos, con la gran ventaja de que el impuesto de sucesiones se reduce a cero, eliminando así la necesidad de afrontar trámites costosos e innecesarios.

Generalmente, el proceso es sencillo y requiere la intervención de un notario para formalizar la escritura. Este paso es fundamental para que la transferencia de la nuda propiedad sea válida y efectiva, evitando que en el futuro los herederos enfrenten sorpresas desagradables en materia fiscal.

La importancia de una buena planificación

«La clave no es esperar a morir para transmitir tus bienes a tus hijos», explica, subrayando que muchas veces no se hace nada antes porque se piensa: «ya lo solucionarán».

Para este abogado, la clave está en usar el mecanismo que combina la nuda propiedad con el usufructo vitalicio. «Tus padres te nombran propietario de la vivienda en vida, mientras ellos conservan el usufructo vitalicio y pueden seguir viviendo allí como siempre, sin que nada cambie», señala.

Una vez que los padres han fallecido y la vivienda pasa a manos de los hijos, «la casa ya es tuya automáticamente y el impuesto de sucesiones es cero».

Asimismo, otro aspecto relevante que destaca es la necesidad de abandonar la mentalidad de «ya lo arreglarán mis hijos cuando yo no esté». Esta forma de pensar puede generar problemas y conflictos familiares que fácilmente se evitan con una adecuada planificación financiera y sucesoria. Al anticiparse, los padres no solo protegen los intereses de sus hijos, sino que también garantizan una transición más fluida de los bienes familiares.

Por todo ello, la proactividad en la gestión de la herencia no solo permite ahorrar dinero, sino que también ofrece a los padres la tranquilidad de vivir con la seguridad de que sus bienes están protegidos y correctamente destinados a sus seres queridos.

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