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Martín Lutero, quemando públicamente la bula condenatoria de León X

Martín Lutero, quemando públicamente la bula condenatoria de León X

Lutero contra Roma: cómo los poderosos usaron su rebelión para dividir la Alemania del siglo XVI

Cada príncipe podía elegir cuál seguir y los súbditos debían cumplirla, por lo que la intolerancia religiosa se extendió por los estados alemanes

En el corazón de la Europa del siglo XVI, la cristiandad occidental estalló en mil pedazos. Un monje agustino llamado Martín Lutero no solo dividió a la Iglesia en dos frentes, sino que sembró la semilla de una serie de cambios que trasformaron Alemania y Europa para siempre. La vida y el relato que nos han contado sobre la Reforma Protestante y la figura de Martín Lutero está llena de mitos y fake news que se ha construido a base de propaganda, pero detrás de todo ello hay una historia real que es fundamental para entender cómo se trasformó Europa desde entonces.

¿Cómo pasó un monje agustino de la obediencia a la rebelión? Para entenderlo hay que conocer un poco su vida. Nacido en Eisleben en 1483, Lutero no fue hijo de campesinos, como varias leyendas han querido pintar, sino de un comerciante, que pudo pagar para que el joven estudiase la carrera de Derecho. Aunque la fe llamó a su puerta e ingresó en un convento muy joven.

El episodio más famoso y que todos hemos aprendido en la escuela es cuando Martín Lutero, para mostrar su desacuerdo por las indulgencias – que daba la Iglesia para el perdón de los pecados y pasar menos tiempo en el Purgatorio –, clavó sus famosas 95 tesis en las puertas en Wittenberg, en 1517. Como advierte el profesor Javier Barraycoa, entre otros historiadores de renombre, no hay pruebas de que eso sucediera.

Fue uno de sus discípulos, el teólogo Felipe Melanchton, el que hace referencia a este hecho. Es más, existe una carta que envió Lutero a su obispo planteando abrir un debate público sobre las indulgencias, un procedimiento que era muy habitual entre el clero. Su carta, lejos de mostrar desobediencia o herejía, está redactada de manera muy correcta y obediente hacia su superior.

Las noventa y cinco tesis impresa en Núremberg en 1517, actualmente conservada en la Biblioteca Estatal de Berlín

Las noventa y cinco tesis impresa en Núremberg en 1517, actualmente conservada en la Biblioteca Estatal de Berlín

La religión como arma política

En el verano de 1519, habiendo recibido la carta, el obispado organizó un debate público teológico en Leipzig. Participaron Martín Lutero junto a Andreas Karlstadt, que debían confrontar sus ideas reformistas con el teólogo Johann Eck. Durante varias sesiones los tres discutieron sobre la autoridad papal, la infalibilidad de los concilios, el Purgatorio, las penitencias e indulgencias. También fue el momento en el que Lutero afirmó públicamente que ni el Papa ni los concilios eran infalibles y que la única fuente de autoridad era la Biblia, un principio luterano que llamó Sola Scriptura.

Eck vinculó los planteamientos de Lutero con las ideas del hereje bohemio Jan Hus, que fue condenado por el Concilio de Constanza en 1415. Más allá de los pormenores teológicos, tras el debate, Lutero fue visto por la Iglesia de Roma más como un hereje que como un reformador. «Aún el mismo Martín, y nos causa grande dolor y turbación el decir esto, esclavo de una mente depravada, ha despreciado el revocar y renegar de sus errores en el intervalo prescrito […] Por eso él ha sido declarado herético […] y definimos las sentencias de excomunión», anunciaba la bula del Papa León X de 1521, que además definió al hereje como un 'cerdo salvaje'». El camino de Lutero ya no tenía vuelta atrás.

Quemó públicamente la excomunión y emprendió una lucha contra la Iglesia a través de la propaganda de sus ideas, que tuvieron difusión en Alemania y Europa gracias a la imprenta. En este contexto, los príncipes alemanes vieron en Lutero una oportunidad para librarse del pago de tributos y reforzar su autoridad frente al emperador del Sacro Imperio, Carlos V.

Así, convirtieron a Lutero en su ariete religioso para defender sus causas políticas y económicas. Tras la Dieta de Worms, Lutero se refugió en el castillo de Wartburg, ubicado cerca de la ciudad de Eisenach, en el actual estado de Turingia (Alemania). Allí dedicó los días a redactar la doctrina luterana y a traducir la Biblia al alemán. Aunque su leyenda rosa ha hecho creer que era la primera, ya existían 18 traducciones previas a Lutero.

Las consecuencias de su reforma no solo afectaron a Alemania. Tras la Paz de Augsburgo en 1555 el Imperio quedó divido en dos confesiones cristianas: luteranos y católicos. Además, cada príncipe podía elegir cuál seguir y los súbditos debían cumplirla, por lo que la intolerancia religiosa se extendió por los estados alemanes. La reforma protestante recorrió Europa y se trasformó para servir a los intereses de Calvino, Zuinglio o el monarca inglés Enrique VIII, que aprovechó la coyuntura para crear su Iglesia anglicana. Hoy hay unos 80 millones de luteranos en todo el mundo, siendo uno de los mayoritarios dentro del protestantismo.

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