
Dos niños de espaldas usando el móvil
Las adicciones de la Generación Z que se han agudizado cinco años después del confinamiento
Las pantallas, concretamente del móvil, han ocupado todo el tiempo de los ciudadanos. Todo esto propiciado, en cierta parte, por las redes sociales
Este mes se cumplen cinco años desde que la palabra coronavirus comenzó a resonar en cada rincón de nuestro país, el mismo tiempo desde que Pedro Sánchez anunció el primer confinamiento domiciliario, una imposición –que resultó ser inconstitucional– transformó radicalmente la rutina de los españoles y afectó la salud mental de muchas personas, especialmente de los más jóvenes.
Entre los efectos más duraderos de esta experiencia se encuentran las adicciones tecnológicas, particularmente en la Generación Z –los nacidos entre 1997 y 2010–, que ha visto un aumento en problemas como el pantallismo, la nomofobia –miedo por no estar con el móvil– y el uso excesivo de las redes sociales.
Se trata de un grave problema que ha llegado para quedarse en la sociedad. «Aumentan y cada vez empiezan antes», explica María Quevedo, directora de tratamiento de Clínica Recal en Majadahonda (Madrid), un centro que trabaja para ayudar a la reinserción en la sociedad de aquellas personas afectadas por la adicción a cualquier tipo de sustancia o comportamiento. Según sus últimos datos, un 10 % de los pacientes que ingresaron en su centro en 2024 sufría adicción a las pantallas, las nuevas tecnologías y las redes sociales.
Cada vez es más difícil ver a gente que se presta atención en las terrazas, estar tiempo con la familia y prestarle el 100 % de la atención o ser capaz de leer en el trasporte público un libro. Las pantallas, concretamente del móvil, han ocupado todo el tiempo de los ciudadanos. Todo esto propiciado, en cierta parte, por las redes sociales que se han convertido en poco tiempo en productos completamente adictivos.
El pantallismo, término que hace referencia a la dependencia excesiva de las pantallas, se ha convertido en una de las adicciones más comunes, sobre todo en la Generación Z. Esto tiene su explicación, y es que durante el confinamiento, los dispositivos digitales fueron la principal vía de conexión social y laboral. Sin embargo, cinco años después, la sobreexposición a pantallas sigue impactando la salud física y mental de los jóvenes.
Cómo sé si soy adicto
Saber si una persona es adicta a las pantallas o no, es fácil de identificar. Solo hace falta fijarse en sus síntomas, los cuales son, tal y como apunta la clínica Recal, la fatiga visual, el insomnio y la ansiedad, entre otros. En este sentido, la doctora Quevedo anota que las personas con este problema se caracterizan por hacer «un uso impulsivo, repetitivo y prolongado de las tecnologías», con una incapacidad total para controlar su consumo y las consecuencias que tienen en su día a día.
Una de las redes sociales más conflictivas es TikTok, ¿la causa? Su algoritmo, ya que aprende a gran velocidad qué vídeos te gustan y cuáles descartas. Esto lleva a serios problemas. De hecho, en la clínica, los pacientes que ingresan por el fenómeno llamado TikTok addiction aumentan cada vez más.

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Estos enfermos aseveran desde el centro, suelen ser «personas inseguras y retraídas» que encuentran en la pantalla «su zona de confort» porque piensan que los móviles los mantienen en contacto con los demás, pero el problema aparece cuando «las relaciones se desarrollan de forma online y se deja a un lado el cara a cara».
Así, los primeros síntomas que suelen detectar en estos pacientes suele ser ansiedad, depresión o aislamiento, aunque también pueden desarrollar problemas físicos como dolor de cabeza o de estómago, molestias en la vista por una elevada exposición a la pantalla o dolor de articulaciones por una posición inadecuada, puntualizan desde Recal.
Las tecnologías han cambiado la vida de muchas personas. De hecho, bien utilizada, puede se una herramienta muy útil. Sin embargo, es necesario que se aborden con urgencia estos problemas para salvaguardar la vida de las generaciones más jóvenes, como la Generación Z.